Esta entrevista es una reactualización de aquella que realice allá por 2014 a Víctor Nubla para el número 15 del “Cuaderno de creación” que publicaba la editorial Palimpsesto 2.0”
En este texto he actualizado alguna información, he suprimido preguntas anacrónicas y he intentado destilar el néctar de hidromiel que en él se hallaba. Espero que sirva para descubrir a las nuevas generaciones y curiosos de algún sector sin gravedad que todavía no han aterrizado por estos lares la personalidad y el arte de este artista mutante.
Víctor Nubla (1956-2020) fue músico, escritor, clarinetista, dibujante, sampleador, gestor cultural… Víctor Nubla fue fundador de “Macromassa”, desarrolló el “Método de Composición Objetiva” y grabó con la mayor parte de los músicos experimentales del país. Fundó su “Biblioteca para misántropos” además de publicar en otras editoriales y escribir en diversos periódicos y revistas. Dirigió el proyecto “Gràcia Territori Sonor” y el festival LEM y supo, como pocos, dónde encontrar el punto que contiene todos los puntos del universo.
Todo esto es Víctor Nubla, pero también es más que la suma de sus acciones. Según lo veo ahora, se aproxima más a un científico, a un matemático que acapara millones de datos para intentar descubrir las relaciones que se establecen entre los sucesos. Busca la lógica interna de una realidad que parece guiarse por el capricho o la conspiración. El azar es, sin duda, uno de sus más fieles ayudantes en este empeño. Nubla es muchas cosas, seguramente a la vez. Estos tres sectores sin gravedad se centran en su literatura y en alguna cosa más…
Sobre cómo escribir en un mundo nublado: paisajes microscópicos de un lenguaje en mutación permanente.
1.-Siempre que se habla de tus influencias salen a relucir el surrealismo y también, evidentemente la ciencia ficción. Pero debe haber algunas menos evidentes, que circulan subterráneamente y que han establecido los fundamentos de tu ecosistema. ¿Cuáles serían estos núcleos invisibles que te conforman?
Ya lo creo, son muchas más y no están tan ocultas: El humor: Monty Python, Gila, Bill Hicks, Jardiel, La Codorniz, Douglas Adams… El tebeo: Vázquez, Ibáñez, Hergé, Moebius… La novela negra: Simenon, Conan-Doyle, Leblanc, Montalbán, Camilleri… La poesía: Blake, Omar Khayyam, César Vallejo, Foix… La literatura extraña: Lovecraft, Perucho, Lautréamont, Michaux, Burroughs, Poe, Papini, Brautigan… Los diccionarios y enciclopedias, que me apasionan… La literatura de viajes, las biografías, la neurología, la astronomía, los aforismos… todo eso está en mi equipaje.
En cuanto al surrealismo, me parece que es un estado de ánimo más que un género, como la Patafísica, Jarry y Daumal. Me los creo, claro. Me los creo a todos. Fueron unos valientes. Son mis héroes. Y en cuanto a la ciencia-ficción, no toda me interesa, es un campo peligroso una vez denominado así, porque mis autores preferidos del género son muy poco científicos. Me gusta Tim Powers, Dick, Vonnegut, Sheckley, Brinn… no deja de ser atrevido llamarle ciencia-ficción a lo suyo.
2.- Me sorprende lo que comentas de los diccionarios y las enciclopedias. ¿Quieres decir con ello que eres como un túrmix, que engulles todo tipo de lecturas y que luego lo mezcla para utilizarlo desde tu punto de vista?
Bueno, es que yo me crie en los tiempos en que los discos estaban en las tiendas por orden alfabético y no por estilos. Los libros en las librerías, también. Era natural escuchar de todo y leer de todo. Eso incluía leer cualquier libro que me cayera en las manos. Y los diccionarios y las enciclopedias eran el recurso que había en casa cuando no tenías nada nuevo para leer, ya que devoraba los libros a una velocidad superior a la que llegaban. Probablemente por eso me chiflan los diccionarios y las enciclopedias. También porque cada entrada de una enciclopedia es una puerta por la que dejar volar la imaginación: un país, un personaje, una reacción química, un mamífero acuático… todo son historias en potencia. Y sí, claro, todo ayuda, todo entra y contribuye a expandir.
4.-¿Podríamos considerar la ciencia ficción simplemente un paisaje, un decorado, en el cual puedes desarrollar tus argumentos o, por el contrario, es una arquitectura fundamental donde edificas tus narraciones?
La ciencia ficción, es decir, poner extraterrestres, naves, planetas, viajes en el tiempo, drogas increíbles y cosas así, para mí es tanto un recurso divertido como un medio muy maleable que me permite explicar cosas a través de puertas que en otros géneros quizá no existan. Digo quizá porque la literatura de vampiros, golems, fantasmas o la psicodelia van sobrados de puertas y también me viene bien usar esos géneros. Son intermediarios, creo, grandes distribuidores con muchos ascensores y puertas.
5.-¿Cuál es el papel del absurdo en tus escritos?
Pues no sé. Quizá mis escritos sean absurdos. A veces hablan de cosas absurdas, otras no; más bien lo absurdo es el mundo cotidiano en el que se inspiran.
6.-La improvisación forma parte de tu música. ¿Tiene algún papel en tu escritura?
La improvisación en música la entiendo como un trabajo colectivo. Pero la escritura es una cosa muy solitaria. También se podría decir que todos improvisamos individualmente, pero eso más bien es exploración de uno mismo o especulación sobre uno mismo. Uno puede transcenderse a sí mismo sin el recurso de nadie más, pero es otra clase de magia.
7.- ¿Te atreverías, entonces a realizar escritos colectivos?
La verdad es que lo he hecho a menudo. Algunos de mis libros son en colaboración: “Derivas Sensoriales”, a medias con David Picó, Miguel Morey, Llorenç Torrado e Isaki Lacuesta, “El llibre dels bèsties”, con Roger Atrofe, la novela “Los Hechos Pérez” la escribí mano a mano con Juan Crek. Con Sebastià Jovani también he hecho algunos ejercicios a cuatro manos. Pero son cosas que no suceden en tiempo real como la improvisación musical. Escribir es una tarea mayormente solitaria.

8.-¿Utilizas la escritura automática, o tus textos están muy reelaborados? ¿Cuál sería el proceso de escritura de un relato tuyo?
Creo que hay una diferencia entre escritura automática y dejar volar la imaginación. Al parecer, la escritura automática, como la improvisación musical llamada «no idiomática», huye de los lugares comunes que reconocerían la experiencia y la imaginación. Es una especie de trance… para convocar esos oráculos prefiero usar el cut-up o el object-trouvé. No sé ni creo que nadie sepa qué porción del consciente interviene en esas cosas y qué parte es azar convocado por el subconsciente. A lo mejor se nota en el resultado y también en cómo se te queda el ánimo después de hacerlo, pero no se diferencia demasiado de otros aspectos de mi vida que se encuentran fuera de control habitualmente.
En cuanto a la segunda pregunta, depende… si se trata de un relato breve, suelo hacerlo de un tirón y al cabo de unos días lo reviso y me pongo a retocarlo. A lo mejor tardo tiempo en estar satisfecho y lo sigo tocando hasta que me guste.
Los de extensión mediana, como la serie “Pendergast” que estoy haciendo para “Les Males Herbes”, llevan su tiempo, sobre todo estos, porque están ambientados en espacios y tiempos reales. Necesito mucho trabajo de documentación. La trama la tengo pensada de antemano, pero todo sucede en geografías reconocibles y contextos verosímiles, por lo que debo ser muy escrupuloso y preciso. Me divierte hacer esto pero me agota, aunque cuando termino estoy de muy buen humor.
En el caso de una novela, hago el primer tirón sin parar, quizá dos o tres capítulos. Luego me espero un tiempo, a veces largo, a ver si me siento a gusto con los personajes y paso a imaginarme qué harían, me pongo en su pellejo y averiguo qué les mueve. Eso dura unos meses. Mientras tanto elaboro diagramas, apunto notas y hago mapas, todas esas cosas. Ayudan mucho a remontar la parte dura de la novela. Luego llega un momento en que la última parte casi se escribe sola, solo hay que ir poniendo a cada personaje en su sitio natural, ellos lo acaban todo muy bien. Pero lleva meses, a veces años, entender qué está pasando.
9.-¿La forma que planteas darle a tus textos determina el contenido o primero surge una idea básica que luego desarrollas?
Escribo textos que me gustaría leer. Eso incluye la forma y tengo mis preferencias. Escribir es para mí una prolongación del dibujo y en cierta medida de la música. La forma es muy importante. No me refiero solo al estilo, la arquitectura del texto, la sonoridad, la respiración, el tipo de palabras, las rimas internas y las prosas simuladas, también el formato de la página o las letras que encabezan los párrafos… Todo ello, más que determinar el contenido, lo genera, lo expulsa como un cálculo renal de un cachalote: de repente tienes una bolita de ámbar, la pones en el corazón de la máquina y esta genera una historia.
En cambio, cuando ando con el contenido previo en la cabeza, temas que me inquietan o me fascinan, suelo volcarlo en mis columnas en prensa o en mi blog o en los ensayos cortos. En tales casos procuro utilizar un lenguaje muy comprensible y al servicio de la idea y de los lectores… tener que desarrollar una idea concreta en solo 1050 caracteres para ser leídos por personas que tan solo están hojeando el periódico es un reto fascinante y te obliga a trabajar técnicamente, lo cual me ayuda un montón en las otras escrituras.
14.-En tus escritos el orden del mundo está siendo cuestionado a cada momento, las historias se desarrollan en un mundo absurdo, con relaciones absurdas, pero dentro de la más absoluta normalidad: lo más estúpido es asumido como habitual ¿Podríamos interpretar tu universo como un retrato realista de la sociedad, como el reflejo de lo absurdo de los comportamientos humanos, en cierta manera con un «callejón del gato» Valleinclaniano pasado por el caleidoscopio de Philip K. Dick? ¿Hay un tanto de resignación sobre la estupidez humana?
A veces me pregunto cuánto de lo que nos parece normal y perfectamente engrasado en la maquinaria de vivir es en realidad otra cosa, quiero decir, cuántas cosas incomprensibles, absurdas, imposibles o falsas se nos cuelan en la interpretación que hacemos permanentemente de la realidad colectiva. Creo que son precisamente esos fallos del sentido general los que mantienen cohesionado el tapiz de lo que creemos vivir, es una argamasa y me gusta descubrirla. Entonces me planteo situaciones que pudieran funcionar solo con la argamasa, y veo que sí, funcionan. No hay más que seguir el hilo y te encuentras en un mundo tremendamente parecido a este en el que todo es completamente distinto. Descubres que los valores, ideales, ambiciones, odios, amores, propósitos, fanatismos y desidias no sostienen el mundo humano. Son las convenciones, lo no pensado, los residuos, los accidentes y básicamente todo aquello que pueda obviarse, lo que de verdad sostiene esta civilización. El resto es hipnosis.
Nos adentramos, ahora, en el sector más oscuro del desplazamiento: nos encontramos en la biblioteca.
19.-¿Creaste la “Biblioteca para misántropos» por necesidad personal de expresión, o como he leído en la entrevista que publicas en tu web? Viendo tu trayectoria como artista observo que siempre que has tenido necesidad de hacer algo lo has hecho, que la escasez de medios no te ha detenido: si has tenido que autoeditar un disco, lo has autoeditado, lo mismo con tus libros, has definido un «Territorio Sonoro», has publicado la revista “Marabunta” etc. ¿Ello es debido a una actitud generacional, o es una postura personal?

Sin duda formo parte de mi generación, pero no sé si eso quiere decir alguna cosa. La autogestión, ser unidades autónomas, valerse de cualquier medio para hacer cosas inverosímiles, tener la memoria muy cerca y el futuro en las manos, esas son cosas propias de mi generación, pero ya ves lo que han hecho algunos de mi generación. Bueno, la mayoría de los que gobiernan. Debería pedir perdón en nombre de mi generación, y no estoy seguro de que nadie tuviera que sentirse comprensivo. Lo generacional es un camelo. Hay de todo y nadie piensa igual. En cuanto a mí, hago lo que hago, me muevo hacia donde me muevo y publico lo que puedo, solo por poder tener el control de lo que hago, ya ves, una cosa tan simple. Aunque también es una experiencia muy agradable que una editorial publique tus libros y no sea la tuya propia, que acaba siendo una habitación de casa llena de cajas llenas de cosas que se venden poquísimo y un déficit de unos miles de euros.

20.-¿La autoedición es una actitud política?
Sin duda lo es, bromas aparte.
21.-¿La autoedición te ha permitido prescindir de los corsés del género?
La autogestión me ha permitido todo lo que era capaz de hacer. Y también me ha abierto la puerta a que otros creyeran en lo que yo era capaz de hacer. Así que creo que la autogestión es una de las mejores maneras de relacionarse.
23.- Aunque dicen que el sector editorial está en crisis (todo siempre está en crisis) es curioso ver cómo nacen muchas pequeñas editoriales y se abren pequeñas librerías especializadas en pequeños sellos. Parece a simple vista el mismo fenómeno que el que ocurrió en los años 80 con los sellos discográficos ¿Piensas que la edición se transformará y se adaptará a los nuevos tiempos mejor que el sector musical?
Las pequeñas editoriales underground hoy en día me recuerdan a los sellos independientes de los ochenta. Editan auténticas locuras y consiguen irlas vendiendo. Y el mismo respeto me merecen las pequeñas librerías atrevidas que venden esos libros. Son admirables. Todo juega a su favor: internet, el hecho de que nadie se haya acostumbrado realmente al e-book y que a ellos no les ha alcanzado la revancha del gobierno: no les han subido el IVA como a la música, al teatro o al cine. A mí me parece admirable, a pesar de la precariedad en la que se mueven, tienen gran empuje ahora y generan interés. Me disculparás, pero ya hace tiempo que las cosas no se aprecian porque sí, entonces está uno obligado a hablar en esta terminología patéticamente socioeconómica, pero, más allá del concepto de mercado, existe la literatura y un montón de locos que creen en ella. Y no están en absoluto desconectados de la música y las otras artes.
La búsqueda de un centro sobre el que graviten las moscas y los saxofones. Un centro donde no existe la velocidad y el espacio se alarga y contrae como un chicle mascado.
24.- ¿Para tus creaciones necesitas de un lugar y unas condiciones especiales? Lo digo por la idea de Centro Místico del Universo, una idea muy ampurdanesa que se situó históricamente en La Estación de Perpinyà, y que tú has ido desplazando a distintos lugares: el Bar Casajoana, la Bodega Marín … ¿Podríamos considerar estos espacios como Alephs, como espacios donde se dan cita todos los lugares, todas las personas, todos los sucesos, como una implosión de tiempos y espacios?
Para pensar o escribir, necesito lugares con ciertas condiciones, aunque son bastante inusuales, tiene que haber ruido, mucha gente, y una mesa donde nadie me preste atención. Aunque a veces es distinto y puede ser un vagón de tren o mi casa, no es importante. Fue Salvador Dalí quien dijo que el Centro Místico del Universo estaba en la estación de Perpinyà. En 1995, Pau Riba, Julià Guillamon y yo proclamamos Centro Místico del Universo el bar Casajoana, cuando estábamos escribiendo “Alter Músiques Natives”, porque nos reuníamos cada día allí y el sitio no ofrecía ninguna duda como candidato. Consideramos que la estación de Perpinyà había dejado de serlo. Fue una decisión artística, como lo había sido el investirla con ese título. Al principio no pasó nada. Bueno, sí que pasó: hubo un pequeño terremoto en el área de Barcelona unos días después. A nosotros nos pilló justamente en el Casajoana, leyendo el horóscopo del profesor Lester, creo que en “El Diari de Barcelona”. El horóscopo decía: “Hoy pueden producirse movimientos telúricos”. Tremendo. El horóscopo de los periódicos ya no es lo que era… Luego pasaron más cosas: un año después derribaron el bar y mi casa, que estaba al lado. El Universo se quedó sin centro místico entre 1996 y 2002 y yo me tuve que ir a vivir a otro sitio, aquella situación era realmente chocante. Cuando las cosas volvieron a ser mínimamente armónicas, proclamé unilateralmente que la Bodega Marín es el Centro Místico del Universo y, de momento, nadie me ha llevado la contraria. Ello ha producido toda clase de maravillas. He escrito sobre ello en mi libro “Màgia Tridimensional Perenne”.
25.- ¿Qué lugares ves como candidatos a nuevos Centros Místicos del Universo?
Tengo que advertir que el Universo no es circular, sino elíptico y que, debido a ello, no tiene un solo centro sino dos. Por ahora, el segundo Centro Místico del Universo es el armario de la habitación 207 del hostal La Gambina de Colera. Si no hay ninguna emergencia, no creo que esa situación vaya a cambiar en un futuro inmediato.
26.- ¿Está reñido el concepto de Centro Místico con el de la Barcelona del diseño, donde toda mejora es estrictamente especulativa y donde se utiliza la imagen de modernidad como espejo para vender el reflejo de una época vacía?
Barcelona es un gran tema. ¿Qué es Barcelona? ¿Cuántas Barcelonas hay? ¿Cuántas Barcelonas quedan? Tal como explico en “Màgia Tridimensonal Perenne”, cuando se publicó en “El Periódico” una entrevista conmigo en la que decía que en la Bodega Marín había un gato que daba buena suerte, la gente peregrinó hasta allí para tocar al gato y hasta el alcalde vino a fotografiarse con el gato. Pocos días después, al alcalde lo hicieron ministro de industria, o sea que el gato daba buena suerte. Me gusta pensar que esa Barcelona snob y superficial, llena de listillos, todavía es ocultista y mística y misteriosa, de lo contrario debería llegar a la conclusión de que ya no hay vuelta atrás y ya siempre será tan autodestructiva como pazguata.

29.-En tu “Ensayo contra la rueda”, pones en cuestión la obsesión humana por el desarrollo y el progreso. ¿Piensas que tenemos alguna posibilidad de supervivencia si continuamos con este deseo de expansión? ¿Podemos adoptar alguna actitud al respecto?
Uno de los principios sobre los que se basa el proyecto “Macromassa” es que las civilizaciones evolucionan, pero las culturas solamente progresan. Estoy a favor de las campañas por el desarrollo igual y por el reparto de la riqueza, la renta mínima individual universal y la desaparición del control de las personas sobre las personas, cuya cúspide ocupan los estados y las corporaciones, pero si eso no se produjera, el resultado sería similar, porque insostenible quiere decir exactamente eso, con lo cual, pocos caminos quedan. O se vuelve prudentemente atrás o se huye hacia delante, da igual, teniendo en cuenta que los verdaderos mecanismos de regulación de la especie actuarán en cuanto la especie entre en pánico, cosa que no puede tardar en pasar, y consuma sus recursos o sus virtudes.

30.- ¿Y hablando de velocidad, también la ves (como Paul Virilio) como el principal desencadenador de la implosión de la historia, de los males contemporáneos?
La velocidad es algo que veo asociado al tiempo y al espacio. Es una enfermedad colateral de la certeza de que los dos grandes elementos de riqueza son el tiempo y el espacio. El tiempo: es lo que damos a cambio del salario, a cambio de formar parte de la sociedad. También pagamos con tiempo el tener tiempo. El espacio es donde nos podemos resguardar, nuestra casa. También lo pagamos con tiempo. Y a veces con espacio, cuando compartimos un piso, por ejemplo. Nuestra cultura convierte el tiempo y el espacio en negocio, poder y control. Fíjate que las dos principales industrias de nuestro país son la construcción y el automóvil, dos lugares donde meterse dentro -espacio- y las pagamos entregando nuestro trabajo -tiempo-. Nos ha salido muy caro pasar del nomadismo al sedentarismo.
32.- ¿Crees que la historia es una evolución lineal, que nos hace evolucionar o realmente es el azar quien mueve el mundo?
Creo que el azar no es una cosa imprevisible y misteriosa que viene a fastidiarlo todo dejándolo como menos te lo esperabas. El azar es un motor excelente, que funciona muy bien, que es exacto y muy productivo y si no mueve el mundo, al menos, interviene bastante bien en él, pero si no lo tienes en cuenta, te fastidia todos los planes. Existe la Naturaleza, con mayúsculas, y luego cada uno tenemos nuestra naturaleza. En la medida que una y otra se conectan, el azar deja de existir como incógnita y se convierte en aliado. Como dijo Mallarmé, una tirada de dados jamás abolirá el azar. Tratémoslo, al menos, como igual. Hay que advertir que solo tenemos una vía de comunicación con el azar: el deseo.
33.- Es decir, las cosas ocurren porque las deseamos y el azar sería una maquinaria, un motor que establecería correspondencias entre la Naturaleza y nuestros caracteres individuales. Del mismo modo que el Método de Composición Objetiva (MCO) actúa como azar estableciendo correspondencias entre el sonido (captado de la Onda Corta) y nuestras personalidades. ¿Nos puedes explicar cómo intuiste este método para grabar de forma estética el azar?
Pues, la verdad, encontrándome una pieza de puzzle en la calle en 1984, reflexionando sobre el relato de Borges “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” y los “hrönir” que aparecen en él y echando un vistazo desapasionado a mi vida. Así lo descubrí. Y lo apliqué en la música a través del MCO y en el resto de mi vida de muchas otras maneras. Una de ellas es mi colección de piezas de puzzle encontradas por la calle (http://www.hronir.org/puzzleentrada.htm). Llegué a la conclusión de que, si bien la ciencia interpela a la Naturaleza, podríamos decir que la magia negocia directamente con ella. Somos mucho menos frágiles aceptando aquello que deseamos y no resignándonos a lo que hemos decidido “querer” que, por otra parte, acostumbra a ser imposible. El motor es el deseo, la maquinaria es el mundo y el azar el combustible, si te parece bien esta metáfora tan de la era industrial.
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Ferran Destemple

Soy filólogo de formación, pero siempre he rebuscado en lo visual y en lo sonoro aquello que el texto no me llega a ofrecer. Para mí no hay jerarquía entre estos elementos, se mezclan, se arañan o se fusionan mejor o peor dependiendo del soporte. El soporte determina el contenido y el contenido busca el soporte adecuado.
Destripar los interiores del texto, del sonido y de las imágenes y volverlos a montar, como si de un monstruo de Frankenstein se tratara, es un divertimento al que no pienso renunciar.
Me considero un amateur y eso me libera de angustias y obligaciones y me permite fracasar y equivocarme más y mejor.
Si os pica la curiosidad podéis visitar la web de AutismosAutomáticos que coordino al alimón con Pepa Busqué.






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